El 20 de Octubre se celebra el día internacional del Controlador de Tráfico Aéreo.
Sea grande o pequeño el aeropuerto, la responsabilidad de ser ATC es grande.
El enfoque de EAP (Ecuador Aviation Photography) es principalmente sobre fotografía de aviación y Spotting. Sin embargo, hay momentos en los que vale la pena desviar un poco el enfoque de los artículos para destacar algo como lo voy a hacer hoy.
Los controladores de tráfico aéreo, también conocidos como ATCs por sus siglas en inglés (Air Traffic Controller) son responsables por miles de vidas humanas en el aire y en tierra. En sus manos está el hacer que cada aeronave llegue de manera segura del punto A al punto B. Lo complejo es que entre ambos puntos existen un sinnúmero de situaciones que los ATCs deben solucionar para garantizar la seguridad de todos y encima permitir que los vuelos operen con puntualidad.
Lo malo es que su trabajo no es conocido por muchas personas, y el usuario común (el pasajero) ignora todo lo que hay detrás de un vuelo. Por eso me gustaría hacer un enfoque en la gran labor que realizan los ATCs diariamente.
En aire y en tierra se controla el movimientos de aeronaves.
El trabajo que realiza un ATC requiere de mucha responsabilidad, concentración, dedicación, coordinación, destreza, paciencia, entre otras virtudes. Cualquier error puede ser perjudicial e incluso mortal. El trabajo de un ATC se puede comparar un poco al juego “Tetris” pero con muchísima más presión, en un lugar muy grande con consecuencias catastróficas en caso de errores.
Desde el momento que el avión se encuentra en rampa ya empieza el trabajo del ATC: el plan de vuelo del avión debe ser presentado y procesado para que el ATC pueda saber a dónde va el vuelo. Hasta eso, el ATC debe coordinar su movimiento en la plataforma para que no cause conflicto con otras aeronaves. Antes de ingresar a la pista debe coordinarse con las aeronaves que van a aterrizar. Una vez en el aire, el ATC se asegura de enviar al avión por lugares donde no hayan otros aviones viniendo en sentido contrario, y ayudarle a navegar por donde haya buen tiempo. Finalmente, al llegar a su destino se coordina nuevamente su aterrizaje y rodaje hasta el destino final. El tema es que esto no se hace solo por un avión, sino por cientos de aviones simultáneamente, y eso es lo que hace compleja esta profesión.
Una torre de control solo controla lo que sucede en tierra, y aviones en el aire en un radio 5 millas náuticas. El resto es controlado por otras dependencias de control.
Coordinar lo que sucede en aire y en tierra requiere de mucha organización.
Al pensar en carreras en la industria de la aviación muchos automáticamente piensan en ser pilotos. Sin embargo, hay otras carreras igual de interesantes, y ser ATC es una de ellas. En Ecuador uno puede seguir esto como carrera y recientemente se ha implementado tecnología moderna en el área de entrenamiento para garantizar excelencia en esta profesión.
En este 20 de Octubre que se celebra el día internacional del controlador de tráfico aéreo, EAP hace llegar un afectuoso saludo a todos los ATCs del Ecuador y del mundo, y rinde homenaje a este grupo de personas que diariamente se esfuerzan por la seguridad de todos, en el aire y en tierra. ¡Gracias por cuidar nuestros cielos!
Hay momentos de mucho tráfico en el aire, otros en los cuales las plataformas se llenan.
Una vista del antiguo Mariscal Sucre en una tarde con mucho movimiento.
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